La Mujer...

viernes, 21 de septiembre de 2007

Nadie puede ir contra su naturaleza




Cada vez que me ocurre alguna cosa con alguien recuerdo una fábula que siempre traigo a colación por interesante, y adecuada. Es la siguiente:
Un día en un rio caudaloso, se paseaba una gran tortuga por sus aguas
y ahí en una de las orillas se encontraba un alacrán que la llamó y le pidió por favor lo transportara de una a otra orilla....La tortuga no estaba convencida de hacerlo, puesto que todos sabemos lo peligroso que resulta un encuentro con un alacrán.
En fin....pensó......... Qué me puede pasar....? yo puedo transportarlo en mi caparazón hasta la otra orilla...... Él me necesita para ello, no sabe nadar.... No me hará nada, puesto que yo seré su transporte.. Lo haré... así muy decidida y entusiasta le dijo al alacrán....Está bien, móntate en mi caparazón que con mucho gusto te llevaré.... Pasaron algunos minutos mientras la tortuga majestuosamente nadaba altruístamente hacia la otra orilla, tranportando a su circunstancial pasajero.... Charlaban animadamente y de repente..... en el lugar más profundo del caudaloso rio....sintió un ardor inmenso en la parte blanda de su cuello....no lo podía creer....el alacrán la había inoculado con su veneno mortal...... y asi sería...moriría irremediablemente...pero pensó......´no entiendo´ él también morirá, no sabe nadar....y dificultosamente en los estertores de la muerte....le dijo.... No puedo entenderte, ambos moriremos, yo envenenada por ti y tú por no saber nadar.... explícame porqué lo has hecho..... él le respondió....No lo sé... Un día oí....que nadie puede ir en contra su naturaleza....
Así que nada puede extrañarnos de la gente o de nosotros mismos. cuando algo sucede debemos analizarlo desde la naturaleza de lo que ocurrió. Curiosamente los alacranes no se agreden entre si
Irma

1 comentario:

Unknown dijo...

No entiendo muy bien esta fábula. El universo esta conformado de seres de diversa naturaleza, en equilibrio perfecto y pienso que ese equilibrio manifiesta la grandeza y divina presencia de Dios. Y cada ser natural tiene un estado de evolución, podría decirse animalidad-->espiritualidad. Tal vez, es el nivel de evolución el que determina nuestra esencia y nuestro conocimiento. Entender que la vida es bella, es única y que el amor enaltece y transciende. Por eso, conociendo tu corazón generoso, que nunca pasará desapercibido pues su brillo iluminara tus caminos, estás por encima de cualquier circunstancia transitoria que quiera afectarte. Depende de nosotros el vivir o morir, elevarnos e ir en contra de la naturaleza de las falsas ilusiones y miedos que nos rodean y que hemos creado. Por tu fortaleza, sé que siempre podrás ir en contra de esa naturaleza.