Quizás estando sólo,
de noche en tu aposento,
oirás como te llama,
sin que tú sepas quién.
Y aprenderás entonces,
que hay cosas como el viento,
que existen ciertamente,
pero que no se ven.
Y también es posible,
que una tarde de hastío
como florece un junco
te renazca un afán.
Y aprenderán entonces,
que hay cosas como el río,
que se están yendo siempre,
pero que no se van.
O al cruzar la calle,
tú corazón risueño,
recordará una pena,
que no tuviste ayer.
Y aprenderás entonces,
que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido,
pero que pueden ser.
Por más que tu prefieras,
ignorar estas cosas,
sabrás porque suspiras,
oyendo una canción.
Y aprenderás entonces,
que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas,
sin saber que lo son.
Y un soplo de cenizas,
secará tu jardín,
y aprenderás entonces,
que el tiempo y el olvido,
son las únicas cosas,
que nunca tienen fin.




No hay comentarios:
Publicar un comentario