Un instante de meditación…
En este nivel físico,
no estamos obviamente completos,
y eso lo sentimos en cada instante de nuestras vidas
Ni lo estaremos nunca,
eres un hombre o una mujer,
es decir la mitad del todo.
Es así como en la búsqueda de la plenitud,
en la necesidad del retorno a la unidad,
se manifiesta en una atracción entre
hombre y mujer,
en un impulso casi irresistible de la unión con la polaridad contraria.
Este impulso viene desde el mismo ser,
es algo espiritual.
Aunque el hombre no sepa que es algo espiritual y lo confunda con la plenitud de los sentidos físicos,
es así como busca muchas veces en forma superficial algo que va mas allá,
dejándole un vacio mayor.
En esta búsqueda encontraría el fin de la separación,
un retorno a la plenitud. …a la unidad...
La unión sexual,
hacer el amor,
es lo mas cerca que podremos estar de ese estado en este plano físico.
Es la experiencia más completa y profundamente satisfactoria que podemos sentir al unirnos a quien hemos elegido para llegar a este estado de unidad y plenitud.
Pero esta unión es solo un atisbo fugaz de la plenitud,
mientras se busque solo eso… la plenitud.
El dejar de ser uno…
el fin de la dualidad.
En la unión sexual… solo física
no se encontrara porque ahí no esta.
Solo se recibirán unos breves instantes de satisfacción.
Pero no se quedara allí, debe volver a su cuerpo separado.
Para vivir la unidad,
para vivir plenitud,
la presencia del amor debe existir,
debe nacer de una experiencia interna,
del ser,
de la unión espiritual…es algo del Alma.
Una comunión entre dos seres que están separados en lo físico pero unidos en el nivel espiritual.
Esta unión es generosa… intensa…sin tiempo ni espacio.
Entrega en una felicidad interna que se refleja en lo externo.
Se entona con la armonía del ser…
Si llega esa relación especial,
que parece llenar todos los espacios.
La vida cobra sentido.
Comienza a vivir un amor sin contrarios,
la persona de la cual se a enamorado es el centro,
el punto focal,
y todo lo demás se vuelve relativamente insignificante.
Pero el amor, es delicado… y para que florezca,
la luz de la presencia debe ser tan fuerte que no permita a la mente o sea al pensador confundirle y hacer dudar de él.
Pero esta unión es solo un atisbo fugaz de la plenitud,
mientras se busque solo eso… la plenitud.
El dejar de ser uno…el fin de la dualidad.
En la unión sexual… solo física no se encontrará porque ahí no esta.
Solo se recibirán unos breves instantes de satisfacción.
Pero no se quedara allí,
debe volver a su cuerpo separado.
Para vivir la unidad,
para vivir plenitud,
la presencia del amor debe existir,
debe ser una experiencia interna,
del ser,
de la unión espiritual…es algo del Alma.
Una comunión entre dos seres que están separados en lo físico pero unidos en el nivel espiritual.
Esta unión es generosa… intensa…sin tiempo ni espacio.
Entrega una felicidad interna que se refleja en lo externo.
Se entona con la armonía del ser…
Si llega esa relación especial,
que parece llenar todos los espacios.
La vida cobra sentido.
Comienza a vivir un amor sin contrarios, la persona de la cual se ha enamorado es el centro, el punto focal,
y todo lo demás se vuelve relativamente insignificante.
Pero el amor, es delicado…
y para que florezca,
la luz de la presencia debe ser tan fuerte que no permita a la mente o sea al pensador confundirle y hacer dudar de él.
Porque si ocurre así lentamente se ira deteriorando la relación hasta quedar solo una serie de sentimientos de carencia, dolor, y temor.
Es fundamental la presencia, la confirmación, la entrega…
el darse y aceptarse mutuamente…
la comunicación,
el respeto y la confianza.
Debe haber reciprocidad para poder recibir.....sin embargo nunca está de más sembrar aunque la tierra parezca árida.....
Lo que tenemos a manos llenas podemos darlo,
porque estoy convencida que mientras más demos, más tendremos.....compartamos siempre.....
Y lo que menos poseemos pues también darlo porque de esa manera recibiremos los dones más preciados la la vida.
Dicen algunas teorías que se deben dejar fluir las energías.
Es por eso que hoy comparto con ustedes mis bellos y siempre queridos amigos esta belleza de mensaje porque en el fondo tiene un aprendizaje valioso.....
Le doy gracias a Dios por haberlos conocido....
Porque gracias a ustedes he aprendido otras vistas de la vida.
Que han ayudado a la mia a matizarse....y a fortalecerse.....
Esto funciona como una especie de espejo que me sirve de punto de valoración sobre lo que quiero y sobre lo que no....
Me ayuda a apuntalar la infraestructura sobre la cual construyo mi propia felicidad.....
Sea lo que sea que se derive de estas relaciones.......
Gracias por existir, gracias por estar ahi....y ser el punto de partida y llegada de muchas de mis inquietudes..........
Irma Gómez Párraga
