sábado, 7 de mayo de 2011
Surcos en el alma. Por Irma Gómez Párraga
Furtivas, saladas, de apariencia inocente
Salen en la oscuridad de la soledad intensa,
que dejaste con tu partida.
Ecos aturdidos de un silencio inmenso,
olvido de esta piel que quedó desnuda…
sedienta de tus caricias.
Cuerpo que vibra armónicamente al recordarte,
Cierro mis ojos,
vuelo,
sueño...
huele a amor.
fluye el néctar de los dioses,
llena las cavernas de los caminos
transitados por ti.
te extrañan...
Uhm… esperan pacientes tu visita amada,
suave,
dulce,
intensa,
profunda,
apasionada y eterna.
Como sólo tú sabes hacerlo.
Vuela mi mente al pasado,
ese, que intentaste borrar con tu ausencia.
Tantas y tantas cosas Imborrables…
momentos infinitos que vibran la mente.
Aquí y ahora, te siento.
Ráfagas de recuerdos volátiles,
explotan en sentimientos encontrados,
impulso que trae tristezas.
Musito en silencio tu nombre,
tu presencia en ausencia
Ahogando la realidad
ya no estás
nunca más estarás.
Desenlace triste arrancó del camino,
esos pasos soñados.
Presa en tus recuerdos,
mis recuerdos,
nuestros recuerdos,
esos que nacieron de estar juntos
en esa historia construida contra todo pronóstico.
Aventura que debió ser sólo eso
desnaturalizada en el camino,
la más profunda de la historias
y de las desdichas.
Vuelo gozoso
mundo abstracto y paralelo
plena libertad.
amor esperado entre los brazos...,
en esas sábanas sedientas de tu presencia.
Hoy,
mis labios resecos añoran tus besos,
hechos para mí,
eso creía cuando los tenía.
Amantes plenos,
entregados
Bailes sinuosos,
Despertar,
dormir,
soñar juntos.
Detalles divinos.
Era el amor.
Nostalgia,
vivencias.
En la distancia te siento.
Desde el alma fluyen eternas,
lacerantes,
gotitas que manan de un corazón herido que te extraña.
Dejando a su paso surcos imborrables
Testigos mudos de ese recuerdo.
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